El ejercicio físico se presenta como un aliado invaluable para la salud mental. Ya sea integrado en las rutinas diarias o de manera más estructurada, contribuye significativamente a nuestro bienestar. Pero, ¿esto implica realmente prevenir trastornos psiquiátricos como la ansiedad o la depresión?
La conclusión principal
Aquellos individuos con niveles altos o moderados de actividad física, tanto en sus actividades diarias como en su tiempo libre, muestran niveles superiores de salud mental en comparación con aquellos con niveles bajos de actividad física. Además, se observa una relación inversa entre el nivel de actividad física en el tiempo libre y la vulnerabilidad a los trastornos mentales.
¿Cuáles son los mecanismos que explican la relación entre el ejercicio y la salud mental?
¿Cómo afecta el deporte a nuestro cerebro? Se ha encontrado evidencia de que el respaldo social y el compromiso generados en torno a la actividad física pueden explicar en gran medida los efectos observados en los cambios de ánimo.
Aunque los mecanismos fisiológicos exactos no sean totalmente conocidos, hay indicios valiosos sobre lo que sucede en nuestro organismo durante el ejercicio. En relación con los beneficios, se destaca que algunos de los principales neurotransmisores, como la serotonina, endorfina, oxitocina y dopamina, se activan con la actividad física.
Serotonina
Asociada con sentirnos importantes, eleva la autoestima y la confianza.
Endorfina
Actúa como un analgésico natural, propiciando un estado de relajación.
Dopamina
Neurotransmisor del placer, se segrega durante la superación de retos o la aprobación de otros.
Oxitocina
Responsable de equilibrar los vínculos emocionales, se libera a través de las relaciones interpersonales establecidas durante la práctica deportiva.
Independientemente de los mecanismos específicos, el deporte impacta positivamente en nuestro bienestar emocional, ofreciendo beneficios como la mejora de la condición física general, la reducción del estrés y la ansiedad, y la estimulación de la inteligencia emocional.
Al elegir un deporte, es crucial adaptarlo a la edad, habilidades y necesidades individuales, permitiendo a cada persona experimentar el éxito, ya sea en disciplinas individuales que fomentan la independencia o en deportes colectivos que potencian las relaciones interpersonales.
